¿POR QUÉ VOTAR SÍ?:
REELECCIÓN INDEFINIDA Y LEGITIMIDAD DEMOCRÁTICA
En abril del 2017, Lenin Moreno, en segunda vuelta electoral, venció a Guillermo Lasso con el 51.16 por ciento de los votos en el Ecuador. De este modo, sumado al reconocimiento de observadores internacionales, Moreno se convirtió en el nuevo presidente de los ecuatorianos (2017-2021). Sin embargo, posterior a la proclamación oficial del ganador, miles de quiteños salieron a las calles a expresar su malestar por un supuesto fraude, y cientos realizaron vigilia frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE). Lasso y sus partidarios, protagonistas en estas protestas, impugnaron los resultados y exigieron -sin éxito- el reconteo total de los votos. A pesar de la legalidad del resultado final, por un momento, la inconformidad del candidato perdedor; puso en riesgo la legitimidad democrática en el país.
Un elemento crítico para la gobernabilidad democrática; es que los actores políticos que pierden elecciones acepten su derrota (Przeworski, 1991). Tal como sucedió en Chile, cuando Michelle Bachelet, actual presidenta de esta nación, reconoció -a través de una llamada televisada-, a Sebastián Piñera, como nuevo presidente de los chilenos (2018-2022). Esto, después de que la coalición de Piñera, Vamos Chile, supere -en balotaje- al candidato oficialista Alejandro Guillier, con el 54.5 por ciento de los votos. Sin duda, el gesto de Bachelet; contribuyó a la consolidación de la democracia chilena.
De estos dos casos, surge una idea clave de la literatura política: las reacciones post electorales importan y son vitales para legitimar una democracia (Nadean, 1993). O, dicho de otro modo, la viabilidad de un sistema político competitivo; depende -en gran parte- de que la población que se siente insatisfecha con los resultados electorales, finalmente los acepte. Caso contrario, producto de la frustración, los perdedores pueden optar por poner en riesgo la legitimidad democrática. Por ejemplo, a través del abandono de sus aspiraciones políticas, el boicot de un proceso electoral y/o la participación en la desestabilización del régimen (Anderson, 2005).
De esta manera, con el fin de buscar mecanismos que permitan evitar comportamientos que afecten la calidad democrática, los investigadores se han preguntado: ¿cómo incrementar la posibilidad de que los candidatos perdedores acepten los resultados electorales? En este escrito, propongo que la reelección indefinida obstaculiza la consolidación democrática, dado que disminuye la probabilidad de que los candidatos no-oficialistas ganen una elección; lo que puede reducir la confianza por la democracia y generar comportamientos que atenten contra la misma. Principalmente, en un sistema presidencial, donde se opera bajo el principio “el ganador se lleva todo”; lo que implica que el candidato perdedor –por lo general-, queda excluido del juego democrático (de 4 a 6 años), sin oportunidad de influir en las decisiones políticas.
Por el contrario, poner límites al mandato presidencial, incrementa la posibilidad de que los candidatos perdedores acepten su derrota, ya que tendrán mayor oportunidad de acceder a la presidencia en la próxima elección. La suposición es que, bajo estos límites, los perdedores preferirán esperar a la próxima contienda, antes que boicotear al sistema democrático. Es decir, los límites incentivan a líderes de oposición a seguir participando bajo reglas democráticas. Esto es clave, considera ndo que un indicador de consolidación democrática, es que todos los actores políticos, tengan incentivos para continuar en el “juego electoral”, en lugar de tratar de subvertir al sistema (Prezeworski, 1991).
La prohibición de la reelección indefinida, reduce la desigualdad de condiciones entre el candidato presidente y el líder de la oposición; lo que le brinda, a este último, mayor oportunidad de acceder al poder político. Esta desigualdad, se refiere a la ventaja natural que tiene un presidente frente a los otros candidatos. Entre las ventajas propuestas por Serrafero (2016), se encuentran: a) la visibilidad pública que tiene la persona que ostenta la presidencia; b) el acceso a los recursos y fuentes de financiamiento del estado; c) la exposición continua ante los medios de comunicación; d) el partido en el poder a disposición de la reelección; e) el control de la economía en orden a réditos electorales; y f) las posibilidades que emergen de las relaciones públicas entre la presidencia y los sectores públicos / privados del país y del extranjero.
El debate de la reelección indefinida; ha sido inspirado por la evidencia de largas presidencias y la dificultad de terminar con ellas (Linz, 1994). Este tema, ha sido particularmente importante en Latinoamérica, donde se argumenta que la reelección indefinida ha servido para perpetuar al presidente en el poder. De hecho, los índices de reelección presidencial en la región, son altos, lo que se reconoce como “continuismo” (Carey, 2003). Al imponer límites al mandato, se espera generar mayor alternabilidad en el poder y brindarle a la oposición, mayores oportunidades de acceso a la presidencia (Maltz, 2007). Al final, esto ayudará a que los actores políticos relevantes, se mantengan dentro del juego político democrático.
En conclusión, para mantener el orden del sistema político, y/o evitar la subversión política no es suficiente con tener elecciones libres y justas; se requieren de ajustes institucionales que disminuyan las ventajas naturales del presidente y reduzcan las barreras de acceso al poder. Tal como lo manifestó Anderson (2005): “Es un riesgo para la democracia tener perdedores permanentes”. De esta forma, la imposición de límites al poder presidencial, contribuye a la legitimidad democrática. Por lo antes expuesto, confío en la pregunta 2 de la consulta popular propuesta por el Presidente Lenin, donde espero la gente se exprese por el SI.
Referencias
- Anderson, et.al (2005), Losers’ Consent: Elections and Democratic Legitimacy, Oxford
- Scholarship Online.
- Carey, John M., (2003), “The Reelection Debate in Latin America”, Latin American
- Politics and Society, Vo. 45, No. 1 (spring, 2003), pp. 119 -133
- Maltz, Gideon, (2007), «The Case for Presidential Term Limits», Journal of Democracy, Volume 18, Number 1, January 2007, pp. 128-142.
- Przeworsky, (1991), Democracy and the market: Political and economic reforms in
- Eastern Europe and Latin America (chapter 1). New York: Cambridge University Press.
- Linz, Juan (1994), «Presidential or Parliamentary Democracy: Does It Make a Difference?» In Juan Linz and Arturo Valenzuela, eds., The Failure of Presidential Democracy. Baltimore: Johns Hopkins University Press.